
Las aeronaves, puntualmente los aviones, solían estar fabricados de materiales como madera y tela. Estos eran altamente ligeros y lograban que el avión fuera capaz de volar utilizando una leve cantidad de energía. A lo largo del paso del tiempo, se pretendía que las aeronaves fueran más livianas pero también más duraderas. Esto, sumado al hecho de que las fuerzas de tensión eran cada vez más severas, genero la necesidad de innovar en los materiales de construcción.
El punto de lograr una gran velocidad de vuelo a reacción, llevo a que los aviones debieran ser en su totalidad de metal. Y un gran candidato entre los metales fue el aluminio, que se mostró como ligero, barato y fácil de manipular, tanto para el ensamblamiento de piezas y las posteriores reparaciones que surgieran. Las contras del aluminio eran la fácil corrosión, y su deterioro con su uso a causa de la tensión.
Los desarrolladores aeronáuticos lograron crear nuevas aleaciones derivadas del aluminio, como lo es el titanio-aluminio, que llegaron para resolver las cuestiones anteriormente mencionadas.
¿Qué requisitos debe cumplir el material de una aeronave?
Las aeronaves hoy en día están compuestas por materiales que deben cumplir ciertas características, estas son las siguientes:
- Debe ser ligero, ya que el peso es un factor que incide directamente en el consumo total de combustible durante el vuelo.
- El material debe ser rígido y fuerte para tolerar lluvias y las tensiones del vuelo.
- La flexibilidad debe ser parte de las características del material empleado para poder ser debidamente amoldado a la mejor aerodinámica posible.
- El costo debe ser conveniente, este es un punto sumamente importante en la construcción de una aeronave.
¿Qué se espera a futuro de los materiales de fabricación de aeronaves?
Actualmente, las aeronaves de gran envergadura, como el Boeing 787 y el Airbus A350, están constituidos por una mezcla de materiales a la que se conoce como compuesto. Este material es mucho más ligero que el aluminio y no sufre daños por corrosión y por la tensión de vuelo.
La mezcla de elementos para el Boeing 787 puntualmente es en un 50% carbono, fibra de vidrio y otros materiales ligeros, un 20% de aluminio, un 15% de titanio, un 10% de acero y un 5% otros materiales de rastro.
A futuro, la industria de la ingeniería aerodinámica procura el desarrollo de aeronaves utilizando materiales aún más livianos y resistentes que estos, como lo son polímeros y cerámicas, que generan además una gran resistencia a la tracción. Así, el paso del tiempo va permitiendo a través de la investigación una enorme mejoría en la calidad y la seguridad de las aeronaves producidas para el mayor beneficio de todos sus usuarios.